Dinámica del glifosato en el suelo y sus efectos en la microbiota

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Emmanuel González Ortega
Mariela H. Fuentes Ponce

Resumen

El glifosato, que es el herbicida más usado mundialmente, interfiere en la síntesis de aminoácidos aromáticos esenciales, eliminando las plantas sensibles. Su uso aumentó al introducirse cultivos genéticamente modificados tolerantes al herbicida, y al usarse como desecante de cultivos anuales. El glifosato, clasificado como probable cancerígeno, ha generado efectos adversos en la salud humana y ha ejercido presión de selección generando plantas resistentes al herbicida. Las formulaciones comerciales contienen moléculas como polioxietilenaminas y metales pesados. En México no hay datos sobre la cantidad de glifosato empleado en la agricultura, pero se detectó en suelo, ríos y mares, así como en personas directa o indirectamente expuestas al herbicida. El glifosato y su metabolito ácido aminometilfosfónico (AMPA) tienen baja movilidad en los suelos por su alta capacidad de adsorción; su movilización y descomposición dependen de la estructura del suelo, cantidad y calidad de la materia orgánica, temperatura, pH, y tipo de arcilla, entre otros. La relación entre la microbiota edáfica y el glifosato es biunívoca: algunas especies bacterianas lo usan como fuente de C y P, degradando al herbicida, y otras sufren alteraciones adaptativas ante la exposición al glifosato. El herbicida altera la capacidad de micorrización de los hongos arbusculares y desregula la expresión de genes implicados en procesos como el metabolismo de los aminoácidos o vías relacionadas con detoxificación. Asimismo, afecta a diversas especies de lombrices del suelo, disminuyendo su capacidad de reciclar materia orgánica. Debe promoverse la investigación orientada a la producción agrícola sin el uso de agroquímicos altamente tóxicos y persistentes.

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